Mi proyecto de programa tiene un eje articulador que me tienta a definir como: “en torno a los orígenes del mundo globalizado”. La necesidad de precisión en los límites espaciales y temporales se tornan indispensables a la hora de plantear y problematizar determinados conceptos históricos. Es así que, la mirada estará focalizada en dos áreas geográficas precisamente definidas: Europa occidental y América Latina; enmarcadas en una temporalidad acotada entre fines de los siglos XV y comienzos del XIX. Varios procesos históricos las afectan, uno las vincula y las posiciona en distinta situación: el desarrollo del capitalismo en la denominada época moderna.
Al momento de presentar el comienzo del programa, me parece relevante aprovechar la oportunidad para plantear una problemática que pretendo transversalise los distintos ítems por los que transitaremos en el año: periodizaciones, espacializaciones, definiciones, conceptualizaciones, específicas para cada tema a abordar.
Desde esta perspectiva, teniendo en cuenta que el tránsito del feudalismo al capitalismo se da “en una región muy concreta del globo, en Europa occidental y parte del área mediterránea” [1], decido comenzar por aquí mi recorrido por el programa de segundo año del ciclo básico. Voy a valerme del auxilio del mismo autor en cuanto a la periodización de los términos: “nadie a sostenido con un mínimo de seriedad que el feudalismo se prolongara más allá del siglo XVIII o que el capitalismo se consolidara antes del siglo XVI”[2]. Mi interés estará orientado a dejar lo más claro que pueda que, la denominada época moderna, está definida como un período fermental de cambios, transformaciones, que trastocan, socavan, unas sociedades fundamentalmente rurales, donde predominan las relaciones sociales de producción de carácter feudal, en beneficio de la consolidación de las relaciones sociales de producción capitalista.
Desde el punto de vista económico, mi intención es plantear la situación del intercambio comercial entre occidente y oriente a fines de la Edad media y comienzos de la época moderna, visualizar en ello los lugares y agentes de comercialización, las ciudades, mercados, ferias, plazas mercantiles y bolsas; comerciantes y mercaderes; el mercader entre el productor y el consumidor; el comercio a larga distancia: un negocio para pocos y el lucro en su máxima expresión; y finalmente, la necesidad de la apertura de nuevas rutas comerciales.
Corolario de este proceso es la monetización de la economía, sustrato de la doctrina mercantilista, cuya presentación me permitirá crear las condiciones necesarias para la comprensión de la inicial relación de Europa y nuestro viejo “nuevo mundo”. [3]
Las transiciones estudiadas desde la óptica económica, pretendo que sean complementadas por la visualización de la “modernización” de las formas políticas. En este aspecto voy a seguir la interpretación de Perry Anderson según la cual “la dominación del estado absolutista fue la dominación de la nobleza feudal en la época de la transición al capitalismo. Su final señalaría la crisis del poder de esta clase: la llegada de las revoluciones burguesas y la aparición del estado capitalista”.[4]. Este autor da cuenta de una serie de instituciones que hacen su aparición en esta época y que dan sustancia a la caracterización del Estado absolutista: burocracia, ejército, diplomacia, etc.; Pretendo centrarme en la península ibérica y ejemplificar el funcionamiento de estas instituciones en el proceso de formación de España a partir de Castila y Aragón. Esta elección es lo que me permitirá (o al menos intentaré que así sea) facilitar el enlace con el tema del Imperio español en América.
Por otro lado en este tema se me presenta una interesante oportunidad de plantear el debate historiográfico, oponiendo dos visiones respecto al estado absolutista. Por un lado Anderson, quién lo presenta como un “aparato reorganizado y potenciado de dominación feudal”; y por otro Mousnier para quién el Estado Absolutista es “árbitro entre la nobleza y la burguesía”.[5]
Una vez llegado a este punto me resulta interesante dejar planteado el concepto de Antiguo Régimen. La caracterización y la conceptualización histórica del mismo (definido como tal inmediatamente después de la Revolución Francesa), espero me permitan, luego de pasar a estudiar la situación americana, al volver a Europa en el contexto de la crisis del Antiguo Régimen tener un anclaje para abordar El ciclo de las revoluciones.
En esta etapa debería haber quedado claro el concepto de transiciones para enfrentar el concepto de revolución: ambos definen cambios y transformaciones pero de modo y en tiempos distintos. Si además de esto pudiera, como me propongo, explicitar y hacer comprensible la conceptualización de doble revolución aportada por Hobsbawm, y abordar los comienzos de la revolución industrial, y el desarrollo de la revolución francesa, me daría por “casi” satisfecho.
No tengo del todo claro aún, el momento preciso en que me trasladaré a América. Me gustaría abandonar Europa con el Antiguo Régimen definido; pero, ustedes también juegan este juego y no sé que tan pesado y abstracto les resulten los temas políticos y sociales del mismo. No obstante, la bitácora del viaje, tiene previsto retomar la apertura de las rutas oceánicas y la llegada de los europeos a estas tierras. Conquista y Colonización pretenden ser los temas que abran las puertas al debate desde múltiples problemáticas.La presentación de los actores en escena: los americanos, los europeos, los africanos, su mezcla, las distintas culturas generando intercambio, luchas, y por último la dominación del europeo. La necesidad de buscar causas, entender, comprender, explicar, hallar respuestas, hacer inteligibles los procesos, etc... Es uno de los tantos momentos (quizás en el que más se luzca,) en que entra en escena Carr: “El estudio de la historia es un estudio de causas”[6].
Dentro de nuestra América, hacer hincapié en aquello que nos unifica y en lo que nos diferencia al Río de la Plata del resto del continente, durante la conquista, el período colonial y en el proceso de independencia. Y dentro de la región las particularidades de la Banda Oriental. En su geografía, en su origen, en su riqueza, en su producción, en sus habitantes, etc. la peculiaridad y originalidad del ideario Artiguista respecto a problemáticas similares. ¿Artigas y el Estado Oriental eran asimilables? Los Artiguistas después de Artigas. Inglaterra, Francia la doble revolución y la Banda Oriental. Las revoluciones liberales y el ocaso del imperio español...
A medida que voy elaborando el proyecto de programa, en mi cabeza me cuestiono una y otra ves al respecto de mi profundización y detenimiento tanto tiempo en Europa. ¿Estaré teniendo una visión euro céntrica? Es la pregunta que una y otra ve me impide seguir con fluidez a lo largo de esta narración. La respuesta, una y otra vez me brinda minutos de tranquilidad...solo minutos hasta que vuelve a interrumpir. Pero cada vez me convenzo más: el desarrollo del capitalismo empuja a Europa hacia América desde sus comienzos. El auge de éste se debe al oro y plata americana, a su doctrina económica, a su monopolio comercial...
No puedo dejar de mirar a Europa para encontrar respuestas en América. Se que otras respuestas solo se encuentran aquí. Pero aquellas parecen “determinar” más nuestro presente... en plena crisis del mundo globalizado
[1] HOSBAWM, Eric; en: HILTON, Rodney, et alter. Transiciones del feudalismo al capitalismo. Crítica. Barcelona. 1987. Pág.:225
[2] Ídem. Pág.: 228
[3] BRAUDEL, Fernand. La dinámica del capitalismo. Fundación de Cultura Económica. México. 1986
[4] ANDERSON, Perry. El Estado Absolutista. Madrid. Siglo XXI. 2007. Pág.: 37
[5] MOUSNIER, Roland; en: CROUZET, Maurice (Dir.). Historia general de las civilizaciones. Los siglos XVI y XVII, Barcelona. Destinolibro. 1981. Pág. 10
[6] CARR, Edward. ¿Qué es la historia? Barcelona. Seix Barral. 1970. Pág.:117
joaquin muiños : ya pase y firme chau
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